
José Alberto Castro es uno de los productores con más renombre no solo en México de la mano de Televisa, sino en otros países amantes de los melodramas.
Su éxito viene respaldado de su talento y de una fórmula que al parecer nunca pasará de moda.
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Se puede decir que su secreto está en enfocar la historia en una persona con una ambición enorme. En este sentido, algunas telenovelas como Rubí, Teresa y Corona de Lágrimas reflejan esta característica en personajes puntuales que atrapan al público.
La telenovela habla sobre una joven que vive en una humilde vecindad junto a su mamá y se obsesiona con el dinero tras la muerte de su papá.
La ficción, que llegó a las pantallas mexicanas en 2010, es básicamente una nueva versión de Rubí.
Teresa Chávez es una chica bella e inteligente que busca salir de la pobreza agobiante y del barrio donde vive. A pesar del cariño de sus padres, es una mujer resentida con la vida miserable que la dejó sin su hermana Rosa y usa su belleza para alcanzar un estatus social.
En esta historia no es precisamente la protagonista la que sigue la fórmula, sino el villano llamado Edmundo, interpretado por José María Torres. Él cometió graves faltas en el pasado con el único objetivo de ayudar económicamente a su madre, pero en el desarrollo de la telenovela va cambiando.
Sin embargo, al productor no le bastó con aquellas buenas historias y decidió versionar La Señora Fazilet y Sus Hijas bajo el nombre de La Señora García, qué básicamente plantea la misma fórmula: ser millonaria a costa de quien sea, incluso de sus retoños.
La encargada de darle vida a «la madre de la ambición» es la primera actriz María Sorté en compañía de Ela Velden y Oka Giner.