La carta escrita por Carmen Aub va dirigida a Ivanka Trump, hija del controversial Donald Trump y la hemos reproducido en su totalidad. La tienes a continuación:
Ivanka,
Hoy me gustaría hacerte unas preguntas como latina y como persona; primero quiero hablarte de algo que tenemos en común: la admiración a nuestros padres, pues aunque hayamos crecido de una manera muy diferente, nos une ese respeto al tiempo que se dieron para que, a pesar de sus circunstancias, de una manera u otra, creciéramos amándolos y admirándolos.
Creciste con una madre dedicada y con el ejemplo de un padre trabajador y exitoso, o al menos eso es lo que has dicho cuando has podido. Es más, a esa manera de ser de tu padre has enlazado públicamente gran parte de tu éxito personal. Pero quizá para tu papá, la gran diferencia entre tú y él, en todo caso, es el género; tú eres mujer y
hemos sido testigos en múltiples ocasiones en cómo se refiere a mujeres exitosas, así que te pregunto ¿qué opinas de eso?, ¿crees que alguna vez le habrá molestado eso a tu padre? Tener una hija exitosa… pero hija al fin. Mujer.
Yo también crecí con el ejemplo de mis padres. Mi madre, por muchos años dedicada a mis hermanas y a mí; hoy una mujer trabajadora, emprendedora, luchadora, persistente. Mi padre dedicado a mi madre y a sus hijas durante esos mismos años; hombre trabajador, disciplinado,
perseverante, paciente. Su ejemplo marcó mucho de lo que soy. Y estoy segura de que si de algo está orgulloso mi padre es de sus tres hijas.
Ahora quiero hablarte de mí. Nací mexicana, mi lengua materna es el español, soy la segunda de tres mujeres, adoro los tacos, me encanta la salsa picante y los frijoles. Crecí en diferentes ciudades de la República Mexicana y me jacto de tener amigos y amigas sinceros en muchos lugares.
Llegué a Estados Unidos en el 2001, poco antes de los atentados terroristas. Después de 15 años de haber estudiado y crecido en este país, del que ya formo parte como ciudadana también, puedo decirte que comprendo su idiosincrasia. He conocido y convivido con los llamados dreamers y actualmente conservo la amistad de varios jóvenes indocumentados, que pagan a duras penas sus estudios y también trabajan; pagan impuestos y no han tenido ningún problema con la ley.
Llegué cuando George W. Bush era presidente, he vivido los dos periodos de Barack Obama y he estado muy atenta a los candidatos presidenciales que hoy en día se disputarán el liderazgo para conducir el destino de la potencia más importante del mundo, entre ellos tu padre, Donald Trump.
Lo más difícil de entender en este proceso político es ¿por qué ese hombre como el que tú has descrito en distintos momentos, como ejemplar, no está presente? ¿Cómo es posible que, en una realidad como la de tu padre que ha contratado o contrata decenas y decenas de trabajadores -muchos de ellos mexicanos e indocumentados- los desprecie y se burle de ellos? ¿Cómo un hombre que quiere dirigir la primera potencia mundial hace mofa y se burla de las mujeres? ¿De verdad te ama en tu «condición» de mujer? ¡Y aunque no quisiera ser presidente!
Dime, Ivanka, ¿no te indigna? ¡Burlarse descaradamente de los parapléjicos! ¿Ése es el padre del que sientes orgullo? En mi opinión, tu papá es una lástima de ser humano. Siendo capaz de usar su potencial para cambiar el mundo, más bien parece su enemigo.
Teniendo todo, no tiene nada. Y buscando tener en sus manos una de las oportunidades más grandes de su vida, creo que se va a convertir en el peor candidato presidencial que jamás haya existido en Estados Unidos. Aunque siga siendo tu padre. Los mexicanos, con Donald o sin él en la Casa Blanca, seguirán llegando. Las mujeres seguiremos teniendo éxito y escalando los más importantes espacios de la sociedad, la cultura y la política; y si no crees, pregúntale a Hillary Clinton cuando la veas.
Los parapléjicos seguirán dándonos verdadero ejemplo con su esfuerzo. Los musulmanes, los cristianos, los judíos y todos aquellos que profesen una religión, o no, que sean buenos de corazón, sencillamente continuarán haciendo buenas acciones.
Sea presidente de Estados Unidos o no, Ivanka, recuérdale a él y a quien sea necesario, que nadie puede estar por encima de la dignidad humana. Especialmente si quiere que se le respete. A veces nos toca evolucionar dando el ejemplo como hijas, superarnos demostrando que somos capaces y hacer que el mundo vuelva a creer en la humanidad haciendo la diferencia.