Para muchos el dinero es la base del éxito, pero para otros significa el comienzo de una verdadera pesadilla.
Tras la popularidad que alcanzó gracias a su participación en Élite y La casa de papel– ambas series de Netflix- Miguel Herrán se sincera como nunca antes.
En entrevista para El País, el español comentó que su estabilidad económica no le ha garantizado la felicidad en todo momento.
“He notado que la gente piensa que mi vida es la polla, que me he follado a Ester Expósito y a Úrsula Corberó, y que no me puedo quejar. El dinero no me ha hecho feliz, me ha quitado bastante felicidad y me ha dado más preocupaciones que cuando no lo tenía. Me ha hecho más ambicioso”, indicó.
Con más de 14 millones de seguidores en Instagram, el joven demuestra que no todo lo que brilla es oro.
“El dinero me ha ensuciado como persona, no lo valoro. En el resto sigo igual o peor”, expresó el intérprete.
Una adolescencia complicada
El actor confesó que hay una parte de su pasado del que sin duda alguna no se siente orgulloso, pues era el típico joven que no quería trabajar ni estudiar.
“Me levantaba, me miraba al espejo y no me gustaba ni cómo era, ni lo que hacía, ni cómo trataba a la gente, ni cómo me trataba a mí mismo”, indicó.
Cuando pensó que todo estaba perdido, un verdadero ángel llegó a su vida para cambiar su destino y ayudarlo a progresar.
“Salía mucho a la calle, muchas noches me las pasaba fuera con colegas, y en una de esas nos cruzamos con Daniel Gúzman. Nos ofreció hacer ‘A cambio de nada’ y yo le dije que se la hacía gratis, mi única motivación era echarme unas risas y vacilar al arquitecto de ‘Aquí no hay quien viva’ a las tres de la mañana”, sostuvo.