En cualquier época del año las reuniones abundan y con ellas cualquier momento es bueno para un Hot Dog. Pero ten cuidado, que dentro de tu deliciosa comida puede haber «sorpresas».
El verano es por tradición una época en la que el consumo de Hot Dogs se dispara por los cielos en todo el territorio estadounidense, ya sea que estés en un juego de béisbol, haciéndolos con tu familia un domingo cualquiera o en una fiesta un viernes por la noche. La ingesta nacional es tanta, que de acuerdo al consejo nacional de Salsas y Hot Dogs, entre El Día de los Caídos y el Día Del Trabajador, los norteamericanos comerán más de 7 billones de perros caliente, o 21 por persona.
Y aunque un Hot Dog no es más que una salchicha, un pan y algunas salsas, cuando el nivel de consumo se eleva de tal manera, las sorpresas indeseadas también. Estas son las 11 cosas más extrañas y asquerosas vistas hasta ahora dentro de perros calientes.
- Cabello: Es lo más común, pero no deja de ser grotesco.
- Grapa Metalizada: ¿Será del paquete de salchichas o del pan? No lo sabemos, pero definitivamente es algo peligroso
- Un pedazo de hueso: No queremos siquiera imaginar de donde habrá salido.
- Astilla de vidrio: Suficiente para que no quieras comer perros calientes nunca más
- Fragmento de una hojilla: Sin comentarios…
- Pez de plata, o Lepisma: Es conocido como el insecto de las harinas o azúcares. El punto es, que no hace falta ser específicos para entender lo asqueroso que esto es. Hay un insecto en tu comida. Punto.
- Aguja de inyectadora: De nuevo, sin comentarios
- Una moneda: Puede parecer inocente, pero no lo es.
Dicho esto, te recomendamos comer con cuidado, comer en puntos de confianza y, de ser posible, prepararlos en tu hogar. Al final puede resultar más divertido, económico y seguro que comprar Hot Dogs en cualquier esquina.
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