
Desde que la actriz Rose Mcgowan denunció públicamente cómo fue violada por el productor de Hollywood, Harvey Weinstein, las cosas en el mundo del espectáculo jamás volvieron a ser las mismas, su testimonio sirvió para que millones de víctimas de acoso y abuso rompieran el silencio. Ahora es el turno del actor Morgan Freeman de sentarse en el banquillo de los acusados.
El recordado Dios del film ‘Bruce Almighty’ está siendo señalado por al menos ocho mujeres, quienes aseguran que el actor tuvo una conducta completamente inadecuada, pasando los límites hacia el acoso e intento de abuso sexual.
El actor que la semana próxima cumple los 80 años no tardó mucho en responder a los señalamientos dejando claro que jamás haría algo que pudiera hacer sentir incómoda a una mujer.
«Cualquiera que me conoce o ha trabajado conmigo sabe que no soy alguien que intencionalmente ofendería o haría sentir incómodo», dijo Freeman en un comunicado citado por la agencia AP. «Me disculpo con cualquiera que se haya sentido incómoda o irrespetada, nunca fue mi intención».
En una entrevista con CNN las ocho mujeres relataron cómo fue su experiencia con el actor, quien actualmente está enfrentado el escándalo más grande su carrera artística.
Varias de las mujeres denunciaron que fueron víctimas de acoso sexual por parte del artista, mientras que otras afirman que fueron testigos de su mal comportamiento, respaldando de esa forma el testimonio de sus compañeras.
Chloe Melas, una de las coautoras de la denuncia explicó que inició una investigación en contra del actor luego de sentirse incomoda con uno de sus comportamientos.
La mujer relata que en un viaje de prensa hace más de un año por la película ‘Going In Style’, ella se encontraba embarazada y mantuvo una extraña conversación con Morgan, quien supuestamente la tomó de la mano a miró de arriba hacia abajo y fijando los ojos en su barriga, le dijo: “Desearía estar ahí”, frase que la alarmó por completo.
Durante la filmación de esa misma película otra de las mujeres quien trabajaba como asistente de producción, fue víctima de su conducta que la cual iba desde comentarios de índole sexual sobre su vestimenta hasta varios intentos de levantar su falda, mientras le preguntaba si llevaba ropa interior debajo de ella.
Así como ellas varias mujeres que trabajaron con el actor, algunas anónimas, denunciaron un comportamiento similar de su parte, describiendo su ambiente de trabajo como tóxico ya que Freeman constantemente iba en busca de sobrepasarse con ellas.
«Freeman se acercaba a mi escritorio para saludar y se quedaba allí parado, mirándome fijamente los pechos», relató una de las víctimas de la estrella afroamericana.
Los recientes señalamientos ponen a pender de un hilo su carrera como actor, la cual en sus años de trayectoria no había sido manchada por un escándalo de semejante índole, ni siquiera cuando se aseguró que mantenía una relación sentimental con su nieta de 27 años, quien no estaba unida a él por ningún lazo sanguíneo.