La actriz escribió un artículo en el New York Times confesando el infierno que vivió con el acosador de Hollywood a quien calificó de ser un «monstruo».
La experimentada actriz ha sido la última en compartir su experiencia con el hoy considerado depredador sexual de Hollywood después de que el pasado mes de octubre un par de investigaciones periodísticas hiciera público lo que durante tres décadas era un secreto a voces en los pasillos de Hollywood.
La mexicana explica en su artículo la tortura que tuvo que vivir ante las amenazas de Weinstein, quien la invitó a practicarle sexo oral, ducharse con él y desnudarse con otra actriz. «Te mataré, no creas que no puedo», le dijo el magnate a Hayek ante su negativa de complacerlo.
Sobre las razones de mantenerse en silencio durante 15 años desde que fuera estrenada la película en 2002, la actriz confesó que para entonces no sintió que pudiera hacer algo en contra del depredador sexual de Hollywood, «no consideré que mi voz fuera importante, ni pensé que haría la diferencia», dijo.
A pesar de las amenazas de muertes y el haber tenido que soportar las propuestas del Weinstein, la actriz confiesa que el magnate jamás logró abusar sexualmente de ella.
«Sabiendo lo que sé ahora, me pregunto si no fue mi amistad con ellos, y con Quentin Tarantino y George Clooney, lo que me salvó de ser violada», confesó.
Salma Hayek se salvó de ser violada por el magnate gracias a sus amistades en Hollywood.
Aunque su amistades en Hollywood no fueron lo único que la mantuvo a salvo, ya que fue su determinación la que evitó que cayera en las tácticas con las que el productor logró abusar y acosar sexualmente a más de 100 mujeres en la industria.
«Poco sabía que sería mi turno de decir que no…. No para mí tomar una ducha con él. No para dejar que me vea tomar una ducha. No, dejar que me dé un masaje. No, dejar que un amigo suyo desnudo me dé un masaje. No, dejar que me dé sexo oral. No a mi desnudez con otra mujer. No no no no no…»
Salma confiesa que con cada negativa vino la ira maquiavélica de Harvey, quien la amenazó con darle el papel de Frida a otra actriz porque en su opinión ella no era una artista. «Yo ni siquiera era una persona. Yo era una cosa: no un nadie, sino un cuerpo», explica.
La mexicana confiesa que tuvo que hacerle un favor sexual a Weinstein para que no cancelara la película. El productor le pidió a la intérprete que se desnudara y realizara en una escena lésbica para aceptar continuar con la producción del film que después de su estreno logró 7 nominaciones a los Oscar, entre ellas la de Mejor Actriz.
Mira el artículo completo de Salma Hayek en inglés aquí.