
La actriz experimentó en días recientes el dolor más grande que una madre puede sufrir: la muerte de su primogénito.
Tras darse a conocer el fallecimiento de Julián Figueroa a causa de un infarto agudo al miocardio y fibrilación ventricular, Maribel Guardia no había hablado cara a cara con los medios de comunicación que se encontraban apostados a las afueras de su residencia hasta ahora.
Notablemente afectada y en compañía de su nuera, Imelda Garza, la mexicana reconoció que la partida de su hijo es un golpe muy duro para toda la familia.
“Le pido a Dios que todos los que me están viendo vean a sus hijos crecer, los vean casarse, los vean triunfar y que sus hijos los entierren a ustedes porque no hay dolor más grande que enterrar a un hijo y pasar por este dolor tan grande, no se lo deseo a nadie”, comentó.
La artista también mencionó que su “gran amor” tenía mucho camino por recorrer y apenas empezaba su carrera.
“Tenía tanto por recorrer Julián, estaba empezando su carrera. Tenía 500 composiciones, montaba a caballo”, agregó.
Con respecto a la decisión de cremar los restos de Figueroa, Guardia explicó que lo decidieron así para evitar una impresión en José Julián, hijo del fallecido.
“A cremar para que también el bebé no viera su cadáver, iba a ser muy traumático para él. Necesitábamos vivir este dolor en familia, con gente que realmente conoció y amó a Julián. Vivir este duelo que yo sé que apenas está empezando, nos falta mucho por vivir”, añadió.
Sumado a ello, compartió que se despidió de su hijo mediante una ceremonia religiosa.
“Llegó el padre José de Jesus e hizo una misa preciosa, donde hicimos un trabajo hermoso de despedirlo, de soltarlo, he recibido tanto amor de la gente, yo sé que varios programas le hicieron un homenaje a mi hijo, se los agradezco mucho”, expresó.
Recordemos que Julián Figueroa falleció el domingo 9 de abril en su residencia ubicada en la Ciudad de México.