Durante la trayectoria profesional de Farolito, esta empresa ha conseguido proporcionar la mejor iluminación para todo el territorio mexicano.
Con la llegada de la celebración del Día de Muertos, hemos de asegurarnos de contar con la iluminación que nuestra familia verdaderamente merece, y que sea capaz de ayudarnos a revivir la historia y bellos recuerdos compartidos con ellos.
Conoce la historia de Farolito
La historia reciente de Farolito dio comienzo hace más de 40 años, una época en la que esta empresa no producía en tanta cantidad como lo hace ahora. Siendo antes una pequeña planta emplazada en Texcoco, nadie se imaginaba que Farolito acabaría convirtiéndose en la opción preferida por tantos hogares mexicanos, ofreciéndoles a todos una luz que iluminaría los recuerdos de, prácticamente, todo el territorio nacional.
Tras dos generaciones, la confianza que el pueblo mexicano ha depositado en esa pequeña fábrica la ha ayudado a crecer, haciendo que cuenten en la actualidad con una plantilla que supera las 400 personas. El trabajo de estos profesionales, combinado con el de sus distribuidores, ha permitido a Farolito alumbrar el corazón de todo México.
La luz que emite Farolito se prendió hace muchísimo tiempo, en los albores de este país. Texcoco, una de las ciudades más antiguas de todo México, consigue imbuir a sus velas y veladoras con el espíritu milenario tan propio de la tradición. Así, han logrado iluminar el recuerdo de todos aquellos que se fueron durante varias generaciones, fomentando un vínculo especial que nos ha ayudado a recordar a nuestros difuntos.
A través de esa luz, marcamos ese camino existente entre el Más Allá y nuestro mundo inmediato. Si bien Farolito no ha dejado de brillar en todo el año en nuestros hogares, con la llegada del Día de Muertos, el pueblo mexicano late al unísono buscando velas que ardan en recuerdo de todos aquellos que ya no están. Todo México se conectará mediante este lazo tan especial producto de un sentimiento compartido por tener a la familia más cerca de nosotros.
La campaña publicitaria de Farolito
Esta llama ha logrado pasar de generación en generación sin perder nunca su intensidad. En 2023, Farolito busca rendir homenaje a todas esas familias mexicanas que han ayudado a que Farolito nunca deje de brillar. Una luz que pasa de padres a hijos, de madres a hijas: el afecto y confianza del pueblo mexicano ha hecho de Farolito todo un referente.
Nuestra campaña ha recreado el diálogo que mantienen una madre y su hija que, con los años, se ha acabado convirtiendo en madre.
– “Abuelita, ¿y cómo va a saber el abuelito qué todo eso es para él? ¿Y si se despista y se pierde y no encuentra el camino a casa?”.
– La abuelita sonrió: “No te preocupes, para eso está Farolito”. Se puso muy seria mientras cogía Farolito con las dos manos: “Dentro de esta veladora se esconde la luz que conecta a los muertos con la vida que dejaron atrás, con quienes aún los recordamos”. La abuelita Lupe recogió un ascua del hogar y, con mucho cuidado, me la acercó. “Hazlo brillar”, me dijo suavemente.
– La mano me temblaba al prender la mecha de Farolito. Tras el chisporroteo, vino la llama, y, con ella, una luz muy limpia que bailaba sobre las fotos e iluminaba la sonrisa de mi abuelito. Al contemplar el brillo de Farolito, entendí lo que la abuela me explicaba: sólo la cera más pura puede encender la pura luz del recuerdo.
Hoy, 40 años después, la abuelita Lupe ya no está entre nosotros. Su foto y la del abuelito Matías presiden juntas nuestro altar en el Día de Muertos. Cuando el otro día mi hija pequeña me preguntó: “¿Y la abuela? ¿Podrá ver la luz de Farolito desde tan lejos?”. “Claro, hija”, le contesté, “Sólo tienes que hacerla brillar”.