Muriel está dispuesta a defender su amor por Juan David, pero Rosario no acepta su decisión y la corre a patadas de la casa.
Los conflictos entre madre e hija se intensifican cada día en la segunda temporada de Pasión de gavilanes.
Luego de compartir con Juan David, Muriel regresó a casa y se encontró con Rosario, quien le preguntó si la pasó bien con la persona que estaba, a lo que ella respondió que “increíblemente” y que cada vez estaban más unidos a pesar de ciertos ataques.
Al escucharla, la cantante la cuestionó sobre a qué se refería y aunque Muriel no quiso enfrentarse a ella al principio, terminó soltando la bomba.
Según la joven, la intención de su mamá al visitar la hacienda de los Reyes era interponerse en su relación con Juan David. Notablemente molesta, Montes afirmó que se dirigió hasta allá para alertar a Norma y a Juan sobre la conducta del mayor de sus hijos.
Lejos de quedarse callada, Muriel defendió a Juan David de los malos comentarios de su madre y aseguró que no es como ella lo pinta.
Acto seguido, Rosario le pidió que terminara todo tipo de relación con él o de lo contrario llamaría a su papá.
“¿Sabes realmente lo que voy a hacer? Voy actuar lo que dicta mi conciencia. Voy a amar a Juan David sin limitaciones, sin escondernos, sin que nos importen las críticas y mucho menos tus prohibiciones, mamá. Vamos a defender este amor de la gente envidiosa y resentida como tú”, contestó Muriel.
En ese momento, Montes abofeteó a su hija, la tomó por el cabello y la llevó hasta las escaleras exigiéndole que abandonara su casa. Además le dejó claro que no le dejará el camino libre con Juan David porque es el amor de su vida y luchará hasta el final.
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