
En un mundo digital, donde hasta las relaciones de pareja se desarrollan por internet, es cada vez más difícil encontrar a alguien que mire a los ojos y entregue algo en la mano. Menos una tarjeta de presentación personal. Pero hay una noticia para todos: las business cards no mueren, se hacen más fuertes.
Por eso decidimos rescatar algunos de los ejemplos más divertidos y creativos en business cards que, sí, viven en la red, pero que no tienen competencia con un link en el computador, gracias al impacto que causan en quien las recibe.
Si gusta, es muy posible que el contacto entre las dos personas siga. Eso significa que la tarjeta hace lo que está supuesta a hacer: crear y mantener relaciones.
¿Cuál es la mejor?